Se caracterizó por:
- La defensa del capitalismo, que jamás cuestionó la propiedad privada de los medios de producción.
- Un fuerte intervencionismo económico. Los servicios públicos esenciales debían estar en manos del Estado, ya que éste era el organismo representativo de la sociedad. El Estado debía intervenir donde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero, porque no estaba guiado por el afán de lucro sino de servicio público. Además, el Estado debía sustituir a las empresas extranjeras que se llevaban la ganancia fuera de fronteras debilitando así el país.
- Un moderado proteccionismo.
- Una legislación laboral y de seguridad social avanzada.
- Un fuerte anticlericalismo expresado en la separación total entre la Iglesia Católica y el Estado.
- Una concepción de la vida social tomada parcialmente del humanismo, que se expresó en diversos órdenes, desde la ley de divorcio por voluntad unilateral de la mujer, a la prohibición de las corridas de toros y cualquier otra forma de maltrato a los animales.
- La reforma de la organización institucional del país, implantando el voto secreto y directo para la elección del Poder Ejecutivo y transformando a éste en un órgano colegiado.
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